En la lucha contra el cambio climático, la búsqueda de nuevas alternativas que limiten o ralenticen el calentamiento global es muy numerosa. Hoy en día, el hidrógeno es un gran aliado para conseguir la descarbonización del planeta, pero la clave es que este hidrógeno sea verde.
Como recoge la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su estudio anual publicado a finales de 2019, se prevé un incremento de la demanda energética global de entre un 25 y un 30% hasta 2040. Esto supondría un aumento de las emisiones de CO2 para las economías dependientes del carbón y el petróleo, anulando así todas las acciones y esfuerzos destinados a mitigar el cambio climático.
La descarbonización es un proceso que tiene como objetivo la producción y el empleo de energía de una manera eficiente, sostenible y respetuosa con el entorno mediante la potenciación e integración en el sistema de energías libres de emisiones. La apuesta por estas energías permitirá ir avanzando en el impulso hacia una transición energética y la búsqueda de alternativas que sean igual de favorecedoras para el planeta en términos de contaminación. Es aquí donde surge el denominado hidrógeno verde.
¿Qué es el hidrógeno verde y para qué sirve?
El hidrógeno verde es una fuente de energía que se produce a partir de la electrólisis del agua, un proceso químico por el cual se consigue separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua (tanto dulce como salada) empleando corrientes eléctricas. Gracias a este proceso se obtiene un combustible de 0 emisiones susceptible de ser almacenado, transportado y empleado.
De entre sus muchos usos, cabe destacar que el hidrógeno verde puede emplearse en:
– Almacenamiento energético. Es posible su almacenamiento durante largos períodos de tiempo, además de ser fácilmente transportable debido a su ligereza.
– Industria. Prácticamente todo el hidrógeno empleado en el sector industrial se suministra usando combustibles fósiles, por lo que existe un gran potencial de reducción de las emisiones de gases mediante su reemplazo por el hidrógeno verde.
– Generación de electricidad. A partir de la generación de una reacción entre el hidrógeno y el oxígeno en una pila de combustible, sería posible generar tanto electricidad como agua potable.
– Movilidad. Puede emplearse en la movilidad terrestre, aérea y marítima, pudiendo sustituir a las locomotoras de Diesel en el transporte ferroviario o al queroseno en el caso de la aviación (siendo previamente transformado en combustibles sintéticos), entre otros.
Teniendo en cuenta los anteriores usos, el hidrógeno verde representaría un papel fundamental en la descarbonización de aquellas industrias que más energía necesiten para su actividad: sector químico, aviación, transporte marítimo, transporte pesado, etc. Y para que esta energía sea 100% sostenible, los recursos para su obtención deben ser renovables.
Ventajas y desventajas del hidrógeno verde
Conociendo cómo funciona y algunos de sus múltiples usos, podemos empezar a pensar tanto en sus ventajas como en sus desventajas:
Entre los aspectos positivos de esta fuente de energía encontramos que el hidrógeno verde es:
- Sostenible. No emite gases perjudiciales para el medioambiente durante su combustión y producción.
- Almacenable. Su facilidad de almacenaje permite seleccionar a conciencia los tiempos de uso de la energía posteriormente a su producción.
- Versátil. El hidrógeno verde, además de ser susceptible de transformarse en combustible, también se puede convertir en electricidad. En ambos resultantes, su empleabilidad se traslada al ámbito doméstico, industrias y a la movilidad.
- Transportable. Otra ventaja de esta energía sostenible, es que se puede mezclar con el gas natural hasta en un 20% por lo que puede viajar por los mismos conductos de gas.
No obstante, existen ciertos aspectos negativos relacionados con el hidrógeno verde que conviene recordar y en los que se están centrando algunos de los proyectos que se están desarrollando actualmente:
- Coste. El proceso de electrólisis a través de energía de fuentes renovables aumenta el coste de producción, por lo que se incrementa el precio del hidrógeno verde. La reducción de los costes de los electrolizadores y la nivelación del coste de las energías renovables y su expansión son posibles vías para solventar esta barrera.
- Mayor gasto energético. Requiere más energía que otros combustibles, por lo que la innovación y las nuevas tecnologías de ahorro energético obtienen una gran importancia en el ámbito del hidrógeno verde.
- Seguridad. El hidrógeno verde es inflamable. Los riesgos derivados de ello, como ocurre con cualquier otro combustible, deben ser estudiados y minimizados, implementando las medidas de seguridad adecuadas.
La electricidad es una necesidad básica a nivel mundial, por eso es tan importante la búsqueda de alternativas que nos permitan generar gran parte de esta energía de una forma sostenible.
La búsqueda de soluciones efectivas y eficientes que nos aporten aquello que necesitamos a través de la investigación y el desarrollo de recursos sostenibles forma parte de una de las acciones que nos permitirá cuidar y proteger el planeta. Un paso clave en la transición energética para luchar contra el cambio climático.